Es imposible reducir los riesgos a cero y, por lo tanto, nadie estará nunca a salvo de un accidente. Pero si por desgracia ocurre, lo importante es que alguien esté ahí para avisar inmediatamente a los servicios de emergencia, y así tener muchas más posibilidades de que se convierta solo en un mal recuerdo. Esa persona ya existe.
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